Dios nos bendice cuando hacemos el bien a los demás
Que practiquen el bien, que sean ricos en buenas obras, que den con generosidad y sepan compartir sus riquezas. Así adquirirán para el futuro un tesoro que les permitirá alcanzar la verdadera Vida (1 Tm 6:18-19).
Como discípulos de Cristo, tenemos la obligación de ser corresponsables fieles de las bendiciones que recibimos de Dios — especialmente cuando bendecimos a los demás con misericordia y amor.
De hecho, cuando adoptamos la corresponsabilidad como una forma de vida, vivimos el tema del CSA de este año, Abriendo Puertas para Crecer con Cristo. Nuestro apoyo a los ministerios, programas y servicios financiados por el CSA, abre las puertas de la misericordia y el amor de Cristo a miles de personas en el sudeste de Michigan y más allá.
En su Carta Pastoral, La Corresponsabilidad: Respuesta de los Discípulos, los obispos de los Estados Unidos le piden a los corresponsables y a las personas de fe “compartir las obras de evangelización o proclamar las Buenas Nuevas… en obras de justicia y misericordia en el nombre de las personas necesitadas.” Cada uno de nosotros en la arquidiócesis está a cargo de esta misión, como el Arzobispo Vigneron lo amplificó en su Carta Pastoral, Haz Llegar el Evangelio. Al compartirnos generosamente a través del Llamado al Servicio Católico, somos testigos de la “actitud de gratitud” y crecemos en nuestra relación personal con Jesucristo.